El 80% de España, en riesgo de convertirse en desierto este siglo por el cambio climático

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Sevilla, podría contar el próximo año o en un futuro cercano con una moneda local propia y complementaria del euro. Al menos, es lo que plantea el grupo político Participa Sevilla, que ha incluido esta iniciativa entre las medidas que ha puesto encima de la mesa del alcalde, Juan Espadas, con la intención de que se incluya en los presupuestos de este año una partida con la que realizar un estudio y análisis previo a un proyecto piloto que duraría tres meses y que conduciría a la implantación de esta moneda sevillana, en algunos barrios o en toda la urbe.

A raíz de un encuentro en el Pumarejo al que acudieron representantes del pueblo de Totnes (Reino Unido), muy implicado en esta cuestión, Participa creó un grupo de trabajo que se centrase en este proyecto, el cual lleva desarrollando la idea desde junio de 2015.

«No se trata de implantarlo de la noche a la mañana, pero es necesario que se dote con una partida para el análisis sobre qué se puede hacer en una ciudad como Sevilla o en un determinado barrio», explica el concejal Julián Moreno, antes de dar paso a uno de los miembros de ese grupo, el economista Israel Sánchez: «En realidad aún no sabemos qué tipo de moneda necesitaría esta ciudad.

Se trataría de hacer un trabajo de investigación y luego de aplicación con un proyecto piloto tras analizar cuál es la opción que mejor se ajusta a las necesidades de Sevilla».

«Me gusta hablar –matiza Sánchez– de proyecto de moneda local, porque de momento no sabemos si va a ser social o no. El planteamiento inicial podría ser similar al del Bristol pound, ya que se trata de una ciudad muy parecida a Sevilla».

En ese momento interviene Noemí González, experta en economía solidaria, que explica el funcionamiento: «Tú cambias euros por esa moneda complementaria, que se acepta sólo en algunos comercios dentro del barrio, lo que hace que el dinero esté siempre circulando dentro de la economía próxima y cercana del territorio». «No es una cuestión utópica. En Bristol, el alcalde cobra más de la mitad de su salario en Bristol pounds. Toulouse también es una ciudad similar a Sevilla que lo está impulsando», recalca Julián Moreno.

Existen experiencias de éxito a nivel nacional (ekhi en Bilbao, orue en Valencia, costavales en Galicia, boniato en el mercado social de Madrid) y en toda Europa (además de Bristol pound, Brixton pound en Londres, sol violette en Toulouse, chiemgauer en Baviera...), cada cual con sus particularidades. En el caso del sol violette, por ejemplo, «hay un margen del 5 por ciento de beneficios, por cada 100 euros te dan 105 soles», cuenta Noemí González, mientras que «en el caso del chiemgauer pierdes un 5 por ciento si los vuelves a cambiar a euros y ese porcentaje se destina a servicios sociales, lo que me parece muy interesante».

De todos modos, cuenta Israel Sánchez, «más que un beneficio a corto plazo para el usuario lo importante es que se genera riqueza en el barrio, se fomenta el empleo local, se reduce la implantación de multinacionales y se favorece el consumo de productos y servicios con criterios de cercanía, ecológico, de sostenibilidad, etc.». Por otro lado, las utilidades de esta moneda local serían ilimitadas, yendo mucho más allá del usuario particular: «Puede haber, por ejemplo, una transferencia directa en esa moneda a colectivos desfavorecidos», dice Sánchez, y Moreno añade: «También se puede utilizar en subvenciones sociales para el pago del agua, el pago de tasas o servicios municipales...».

«Incluso pagar a los funcionarios parte del sueldo en la moneda social, o pagar a tus empleados si eres un empresario», dice Noemí González. Esta maestra pone un caso concreto: «Yo tengo una panadería y acepto el pago en moneda local. Resulta que un funcionario del ayuntamiento empieza a comprarme el pan a mí porque le acepto la moneda con la que le dan la mitad de su sueldo, en vez de ir a una gran superficie.

Tengo más clientela, puedo pagar mis impuestos en moneda social, tengo más dinero para comprar materia prima y contratar a una persona que me ayude y pagarle también en moneda local», con lo que se crea un circuito cerrado.

En el caso de que se le dote con una partida presupuestaria, el proyecto arrancaría con un equipo motor de cuatro personas y una serie de colaboradores (Red de Economía Alternativa y Solidaria, Red de Moneda Puma, Red de Decrecimiento Sevilla...) para realizar el estudio en tres-cuatro meses y luego desarrollar el proyecto piloto en un año. Si será en 2017, se verá en breve.

Un buen ejemplo del ascenso de estas monedas complementarias es la pita, el dinero alternativo de la comarca del Bajo Andarax de Almería, que nació en mayo de 2012 y ya cuenta con 180 integrantes. "Hacemos también los mercapitas en los que se cambian euros por pitas y con cuyos beneficios queremos empezar a dar microcréditos", cuenta Paco García, uno de sus artífices. En la comarca del Aljarafe sevillano otro centenar de vecinos funcionan con la jara, como ocurre en Málaga capital con los comunes o en Huelva con los choquitos. Las más recientes son los gaditanos jimenos de Jimena de la Frontera,  los arkitos de Arcos de la Frontera y las justas del barrio del Zaidín granadino.

 

Estos colectivos utilizan cartillas donde reflejan el intercambio de bienes y servicios. Foto: Red Moneda Social Arkitos

Estos colectivos utilizan cartillas donde reflejan el intercambio de bienes y servicios. Foto: Red Moneda Social Arkitos.

 

os presentamos una interesante entrevista a dos vecinos, que participan en un bonito proyecto de solidaridad y comunidad: la Moneda Social. Esta experiencia nace en el barrio de La Oliva y próximamente se irá presentando en diversas entidades vecinales del Polígono Sur.

San Juan de Aznalfarache, tendrá moneda social

 

El Pleno aprobó una nueva partida económica para dotar el programa de moneda social "Osetana"

21/10/2015

En noviembre de 2014, el Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache suscribió un convenio con la asociación de comerciantes y Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP) para el desarrollo del programa de moneda social Osetana. El pleno ha incluido un punto en el que se aprobaron varias modificaciones en este convenio. Entre otras cosas se incluye una aportación de 10.000 euros al programa por parte del Ayuntamiento, además de quedar reflejado el cambio de modo de intervención que pasar a estar gestionado por una app a través de móvil. Tras un periodo de funcionamiento inicial como proyecto piloto, el programa se reactiva con esta aportación y este cambio de gestión. La conclusión del convenio queda fijada en el 31 de diciembre de 2016.

 

Se aliaron para hacer operaciones en moneda local

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Permitirá avance en el proceso de integración y fortalecerá vínculos existentes entre países.

Titulares del Banco Central de Paraguay y de Uruguay firmaron ayer convenio.

Paraguay y Uruguay dieron un paso importante en materia de integración financiera, con la suscripción del “Convenio Bilateral sobre Sistema de Pagos” (SML). A partir de la fecha, las operaciones de comercio exterior o transferencias de fondos entre los dos países pueden realizarse en moneda local, ya que ayer el Banco Central del Paraguay (BCP) y el Banco Central de Uruguay (BCU) firmaron un acuerdo. Esto se llevó a cabo en el marco de la 30ª Reunión de presidentes de Bancos Centrales de América del Sur, realizada en Asunción.

El titular de la entidad monetaria local, Carlos Fernández Valdovinos, además del miembro del directorio del BCP, Rolando Arréllaga, y el presidente del Banco Central de Uruguay, Mario Bergara, suscribieron el citado convenio bilateral.

Los titulares de ambos bancos centrales coincidieron en destacar la importancia del convenio, puesto que permitirá no solo familiarizar a los agentes económicos con las monedas locales del otro país, sino que además representa un avance en el proceso de integración y fortalece los vínculos existentes entre las instituciones signatarias.

El Sistema de Pagos en Moneda Local es un sistema bilateral, diseñado para admitir pagos relativos a operaciones de cualquier naturaleza, entre personas físicas y jurídicas de los países firmantes. Bajo este esquema, los pagos relativos a operaciones de comercio exterior o transferencias de fondos entre los participantes deben realizarse en moneda local.

Los países firmantes de acuerdos bilaterales en el Mercosur utilizan el Sistema de Pagos como un mecanismo de perfeccionamiento del proceso de integración económica del bloque, tanto en la esfera comercial como en la esfera monetaria.

TRATADO DE ASUNCIÓN

Resaltaron que la integración financiera entre Paraguay y Uruguay se inserta en el marco de los propósitos de integración regional, previstos en el Tratado de Asunción, instrumento que constituyó el Mercado Común del Sur (Mercosur).

 

Razones del boom de las monedas sociales

Existen tres razones principales para el boom de monedas alternativas hoy en día: la crisis económica, la existencia de pioneros y expertos que dedican mucho tiempo a este tipo de experiencias y los movimientos sociales.

Hay un consenso generalizado entre los académicos y activistas para afirmar que la crisis económica ha sido un catalizador importante para el incremento del interés en las prácticas de la economía social y alternativa en España. Por ejemplo Álvarez (2013) afirma que “la crisis ha incrementado las llamadas monedas sociales, las cuales constituyen una alternativa que permite el intercambio de bienes y servicios fuera del sistema monetario”.

Otro de los factores que nombra el autor es la existencia de pioneros y expertos, como Julio Gisbert. Su blog vivir sin empleo es una de las webs más actualizadas sobre monedas complementarias.

Finalmente, los movimientos sociales están articulando respuestas concretas a la crisis, alternativas a las lógicas capitalistas que fomentan la democracia representativa y el compromiso con prácticas autónomas como por ejemplo los mercados sociales. Uno de los más grandes es el Mercado Social de Madrid, donde está habilitado el uso de el Boniato, la moneda social del mercado en el que se produce la paradoja que cuanto más gastas, más boniatos tienes.

Las ecoxarxas en Cataluña también son un fenómeno imparable. Según Carlos Taibo, tras la Segunda Conferencia Internacional sobre Decrecimiento para la Sostenibilidad Ecológica y la Equidad Social más de 20 ecoxarxas se han puesto en marcha en sitios como Tarragona, Penedés, Maresme o Garraf. El Eco es usado para transacciones entre las redes, mientras que las ecoxarxas individuales tienen sus propias monedas, como el Ecoseny en Montseny, el ECU en el Maresme o el Ecogarraf en el Garraf.

Las monedas sociales son un fenómeno viejo que va en aumento. Han servido a distintas causas a lo largo de la historia, sin embargo, vemos que ahora priman los proyectos altersistema que buscan una economía más justa y basada en valores éticos. Una economía distinta a la que desató la crisis de 2008. [3]

Genoveva López Morales

Un fenómeno que se remonta en el tiempo

Las monedas alternativas no son un fenómeno nuevo en España. En los últimos cien años el Estado Español ha experimentado tres periodos importantes respecto a la innovación en monedas: durante la Guerra Civil, a finales de los ’90 y ahora, tras la crisis económica del año 2008.

Durante la guerra civil, España se dividió en dos zonas monetarias, la franquista y la republicana, ya que las fuerzas golpistas se negaban a aceptar la validez del sistema monetario emitido por el Banco de España, controlado por el gobierno legítimo de la República. Al mismo tiempo, zonas de corte anarquista también crearon sus propias monedas. Por ejemplo en Aragón, Cataluña, Valencia o Andalucía, surgieron numerosas formas de monedas locales vinculadas al movimiento anarco. El axarco [2] es también un experimento interesante, fue fomentado por Antonio Gámez Burgos, el cual quería unificar los pueblos de Axarquía, una zona de Málaga conquistada por los musulmanes en 1487 y que abarca la zona más oriental de la provincia. Circularon en torno a 6 millones de pesetas en axarcos.

El segundo periodo importante de experimentación fue en torno a 1990, cuando España desarrolló su propio sistema de bancos de tiempo municipales. Especialmente promovido por el movimiento feminista y su crítica al trabajo doméstico no remunerado, trataron de solucionar el problema a través de losbancos de tiempo. Por ejemplo, en 1998 la ONG Salud y Familia promovió un banco de tiempo en Girandó, Barcelona, con apoyo del Ayuntamiento. Otras experiencias como el Banco de Tiempo de Avilés están todavía en marcha.

El tercer periodo es el que nos ocupa. Tras la crisis económica nos encontramos en España (a fecha de diciembre 2014) en torno a 372 monedas complementariasde las cuales 290 son bancos de tiempo, 71 esquemas de crédito mutuo y 11 redes de intercambio o trueque. Algunos de los más emblemáticos son el Puma en Sevilla, la Jara en Aljarafe, el Común en Málaga, los Demos en las Islas Canarias, la Pita en Almería, la Mora en Madrid, el Choquito en Huelva, el Zoquito en Jerez de la Frontera, el Ekhi en Vizcaya, el Orué en Valencia y el Galeuro en Galicia. Las regiones más activas son Cataluña, Andalucía y Valencia.